RAMONE GARCÍA
De J. heredaría la mata de pelo rubio, la languidez, la palidez y la sociabilidad. De mí, la timidez y el humor. Tirando por lo alto, quedaría una cosa más o menos así:
Pero nuestro hijo no sería tan listillo y malhablado como el de la foto; por mucho que cada vez los niños estén peor educados, el nuestro sería más bien discreto, buenecito y calladito, esto último es muy importante.
Pronto nos daríamos cuenta de que nuestro afán por inculcarle una cultura musical, da sus frutos, y Ramone empezaría a demostrar habilidad para las artes musicales así que iría de cabeza al conservatorio.
Su adolescencia no sería mucho más complicada que su infancia. Ramone no probaría las drogas ni nada parecido con tal de no oír a su madre taladrándole la oreja, así que se convertiría en un chaval dócil risueño y comunicativo. Su único defecto: que el conservatorio le haría llevar un aspecto un poco jipi, y ahí entraría su padre con la charla de que el aspecto físico también importa. (Severa la charla, por cierto).
A Ramone no le quedaría más remedio que obedecer, hasta que con dieciocho años se marcharía a Estados Unidos con una beca, aunque en realidad lo que buscaría sería vivir de la música en Nueva York.
Algún mérito habremos de tener los padres, y es que con ese nombre, nuestro hijo no necesitaría ponerse seudónimo, y menos en Nueva York, ya sólo por el nombre llamaría la atención de todos los cazatalentos y conseguiría el sueño de formar una banda y vivir forrado haciendo música…A J. y a mi nos compraría un chalet en Marina D´Or Ciudad de Vacaciones y viviríamos de vacaciones todo el año, ligaría más que su padre, se convertiría en un ídolo de masas, pero eso si, conservando la humildad y el saber estar, haría giras mundiales y un grupo de tías tipo The Supremes le dedicaría una canción llamada She was in love with Ramone Garcia…
La gloria duraría, pero no eternamente…Alguien perteneciente al monstruoso mundo de la televisión se cruzaría en su camino y le ofrecería ser presentador de un programa musical, con el que ganaría mucha más pasta que con la música.
Desgraciadamente, nuestro hijo perdería sus valores repentinamente, porque de Ramone Garcia a Ramón García hay una letra, hay un paso, y esto deja de molar. No quiero ni imaginar la depresión, es que con vosotros una no gana nada más que para disgustos!.