Friday, June 04, 2010

ROMANCE GÓTICO

Pasó como una sombra detrás de nosotras. Nos dimos la vuelta las dos a la vez. No es que nos hubiera rozado o molestado al pasar, creo que tuvimos esa reacción porque nos dio la sensación de que se nos escurría, que le íbamos a perder para siempre.

Entrada la madrugada, la Chica Exótica y yo, como habitualmente, habíamos entrado en la discoteca gótica, es decir, el único sitio divertido de Madrid. La gente allí va vestida de alivio luto, con actitud apesadumbrada, bailan tipo calambre, miran con ojos transparentes, y su pelo se presagia cardado entre la humareda que hace la visibilidad sesgada. Parece una película en blanco y negro. Todo es confuso, como los gatos pardos por la noche.

De pronto, como una autómata y sin mediar palabra, aparqué a mi amiga que se había puesto a bailar su tema favorito de techno alemán, y comencé a deambular como una autómata por toda la discoteca en busca de la sombra misteriosa que nos había semiabordado de forma fugaz. Localizar esa figura entre todas se covirtió en una obsesión. En mi mente empezaron a aparecer imágenes tal vez artificiales o tal vez intuitivas sobre quién era esa persona. Hice un gran esfuerzo por recordar el medio segundo en el que me volví, la sombra pasó, y mi mirada la siguió perdiéndola después en la masa oscura. Encontré en mi mente el recuerdo de tres detalles: la altura, que debía ser no menos de un metro ochenta y cinco, una melena larga, y un atuendo medieval ¿era capa? ¿era falda? Era una prenda larga hasta el suelo con algo de viscosa en su composición, porque se movía al ritmo de su dueño, ágilmente. En mi mente hice zoom hacia su mano, la mano que apartaba hacia atrás con energía la larga prenda a su paso ¿era porque se la pisaba de lo larga que era? ¿O a lo mejor porque era el gesto que hacen los caballeros medievales?

En medio de mi confusión me paré casi llegando a la barra. Me planteé si era lógica aquella reacción, dejar a mi amiga bailando sola y haber salido como una sonámbula detrás de un tío que seguro que muy normal no era. Y entonces alguien me despertó de mis pensamientos. “¿Os encontráis en apuros, bella dama?”. Esta vez no le había visto acercarse, pero él me estaba observando desde la barra y había decidido acercarse. Subí la mirada porque aquella persona era muy alta. Lo que vi primero fue una mano extremadamente pálida parcialmente cubierta por una chorrera negra terminada con encaje, con festones, con puntillas, con lazos de raso de medio centímetro. La chorrera que adornaba la camisa de aquel muchacho estaba desde luego muy historiada, era un auténtico canto al encaje de bolillos, a las lenceras de antes, al mimo de cada prenda hecha a mano, benditos años en los que no existía el prêt-à-porter. Todo esto pensé mientras subía la mirada hacia el resto de la camisa, de tipo medieval, suelta y con una abertura desde el cuello hasta bien entrado el pecho. Alrededor del cuello, la camisa tenía un carril con un lazo para cerrarla más o menos, pero él la llevaba bastante abierta. Tenía el pecho liso e imberbe, tan blanco como la mano.

Impresionada por el atuendo insuperable del chico medieval y antes de por fin mirarle a la cara, bajé la vista, era necesario seguir. Pantalones elásticos negros muy pegados a la pierna bien tallada. Lo miré de un lado a otro para averiguar el tejido; me era poco familiar y además se perdía entre la prenda larga hasta los pies que ondeaba colgando de su espalda. Desde luego los pantalones no eran vaqueros, cosa que indudablemente le ayudó a ganar puntos. Seguí bajando la vista. Llevaba botas medievales, planas y extremadamente puntiagudas, muy altas, hasta la rodilla y con millones de hebillas de plata en los lados relucientes hasta deslumbrar. No sabía cómo era su cara, pero desde luego me había conquistado.

Al subir la mirada me encontré con una melena larga lacia y lánguida, más rubia que castaña, que rodeaba su cara alargada y de tez pálida, quizás más aún que el cuerpo. Era él. No llevaba maquillaje, no llevaba los ojos pintados ni lentillas transparentes, tenía la nariz afilada. Me detuve en sus labios. Tenían un insultante color entre vino y morado natural que no acompañaba a los tonos claros habituales de su físico, como si estuviera muerto de frío. De nuevo le miré a los ojos esta vez con más detenimiento. Su mirada estaba clavada en mi como un cristal, con una expresión de incertidumbre y preocupación a la vez, yo aún no había contestado a su pregunta formulada en castellano antiguo y habían pasado unos minutos ya. Me asió del brazo con delicadeza y me volvió a preguntar: “¿Os encontráis bien?”. Me quedé muda, así que él comenzó a hablar de los minutos que había estado observándome desde la barra, que había venido solo, que le gustaba la música medieval y que trabajaba en un hospital. Me propuso una futura salida juntos para ver una obra de teatro, me propuso ir a otra discoteca, me propuso vernos fuera, quizás un día por la tarde, me hizo un psicoanálisis y no dio ni una; intuyó que me gustaba el cine antiguo porque yo iba maquillada y peinada como Bette Davis en los años 40 y creyó adivinar que odiaba la tecnología, cuando todos sabemos que soy un hacha.

Yo trataba de asimilar toda la información mientras algo dentro de mi me decía que tenía ojos de depravado mental, unos ojos que de negros no se le diferenciaban las pupilas y le hacían una mirada inexpresiva y obsesiva que no se podía aguantar, por eso de vez en cuando miraba al suelo, para evitar el contacto directo. En una de éstas, me sujetó la mano, comenzó con unas suaves caricias mientras decía no sé qué de sus aposentos. Y venció la batalla.

De lejos, la Chica Exótica vio a un apuesto caballero medieval con capa y sin espada besando a su amiga, vestida de gótica futurista con creepers de rocker. Y se sonrió.

9 Comments:

Anonymous Dneu said...

Madre mía.
Madre mía.
Madre mía.

8:12 AM  
Blogger Triple errre said...

Ya, eh?

8:49 AM  
Anonymous Dneu said...

Ya te digo.

2:09 AM  
Blogger Triple errre said...

Si quiere le hago una camisa como la de este muchacho...

6:59 AM  
Anonymous Dneu said...

Es que las chorreras me quedan regular.

3:47 AM  
Blogger Triple errre said...

Eso le dirá usté!

5:45 AM  
Anonymous Dneu said...

Ya sabes que tienes total libertad creativa. Estoy en tus manos.
Pero es que no sé si me veo en plan gótico.

1:18 AM  
Blogger Carolina Pataleta said...

A mí lo que no me convence es la abertura desde el cuello "hasta bien entrado el pecho" (argh), y el carril ese con el lazo (uff).

Francamente te le digor.

2:45 PM  
Blogger Triple errre said...

Que sí hombre, que está de puta madre este estilismo!

4:44 AM  

Post a Comment

<< Home