Wednesday, September 28, 2005

MERECERÍAS LA SIMPÁTICA

Al lado de mi curro hay una mercería a la que vamos a veces, cuando necesitamos cinturilla, bies o botones para alguna prenda de muestra nueva. La dependienta es la cosa más siesa de mujer que puede haber. Tendrá unos 50 años y siempre lleva jerseys de macramé. Cuando entro, ella me espera impasible detrás de su mostrador con las dos manos apoyadas en él, su mirada desafiante, y con su acento extremeño me dice: "Buenas tardes, qué hay?".
No es que yo sea la alegría de la huerta, pero siempre intento hacer algún chiste para ver su reacción, por ejemplo, si se cae un botón al suelo digo algo así como: "Están vivos!", pero no distingo apenas nada entre los gestos de su cara.
Mis dos compañeras de trabajo se extrañan cuando les cuento cómo es conmigo porque parace ser que con ellas si es agradable, así que el otro día, incrédula, me fui con una de mis compañeras a comprar algo a la mercería sólo para ver qué hacía ¿sería simpática o antipática?.
El factor que cambió todo, fue una revista Diez Minutos con la foto de la boda de farruquito en la portada...ahí se me arrancó la simpática con una serie de comentarios impropios de su actitud: que si la madrina llevaba zapatillas de estar por casa, que si la novia llevaba una baberola almidoná y tó, que si la corona no la había máh alta, vamos que se murió de la risa.
Cuando salimos de la mercería, mi compañera me dijo: "¿ves como si es simpática?"....mh...me gustaría saber cómo me trata la próxima vez que vuelva yo sola.