Wednesday, December 07, 2005

VIOLENTO HAJIME EN TETUÁN DOWNTOWN


Raúl encontró a la chica que buscaba hace tiempo cuando él tenía diecinueve años y ella quince. Él estudiaba Selectividad en casa de su vecino y amigo Paco, y salían a fumar un cigarro a la terraza para hacer un descanso; entonces la veía paseando por el parque pensativa y tristona, como un alma en pena. “Yo digo que tiene dieciocho.” decía Raúl. “¡Qué va, tío! No creo que tenga más de dieciséis”. Y los dos amigos decidieron hacer una apuesta para probar la facilidad con la que Raúl se la haría.

Para él aquella chica no era más que otro capricho; él estaba muy acostumbrado a que las chicas se le abalanzaran; nunca necesitaba sacar el pico y la pala porque todas repetían su nombre entre suspiros, llevaban escrita su inicial en la carpeta rodeada con un corazón de boli, la línea telefónica de su casa se colapsaba porque todas las chicas del barrio, del instituto, de la discoteca le llamaban continuamente, le atosigaban, le decían que se morían por tener algo con él, lo que fuera. Y Raúl vivía entre nubes, el muy estúpido, con sus hormonas revolucionadas, el ingenio ultra desarrollado, vuelto de todo, sabía siempre qué respuesta dar, qué detalle tener, qué mentira decir para que todo pareciera verdad, cómo hacer para salir con dos, con tres, con cuatro a la vez sin ser pillado jamás…Raúl dejaba que todas le molestaran pero era fuertemente selectivo con sus presas, que siempre debían cumplir una función estética para provocar comentarios entre sus amigos, debía ser una hembra y a la vez una chica calladita, para no ponerle la cabeza como un bombo con sus tonterías. Raúl era el malote de la fies, el repetidor de COU con coche y carnet de conducir, el colega con el que todos querían ver el partido del sábado, el primero en descubrir el Full-contact y apuntarse a un gimnasio para practicarlo, Raúl era muy macho. Y su grupo favorito era La Guardia.

A base de persecuciones a escondidas, Raúl descubrió que la misteriosa chica parecía vivir en el 5ºF. Echó mano de la guía y fue directo al teléfono. Llevaría a cabo la táctica de “Yo te conozco pero tú a mi no” para hacerse un poquito el interesante. Sin saber el nombre de la chica, marcó.

Pero Raúl nunca pudo hablar con ella; no cogían el teléfono o no estaba. Fracasó tantas veces que decidió pasarse por el parque y hacerse el encontradizo. Un día la vio sentada en uno de los bancos leyendo lo que parecía ser una carta. Empezó a espiarla detrás de unos matorrales. El sobre contenía una foto que dejó a su lado. Parecía francamente entristecida al leer lo que le estaban contando. Finalmente se levantó y se marchó dejando la foto olvidada. Raúl corrió hacia el banco y la atrapó; era una foto de Axl Rose con un texto detrás que decía: “Este es el amigo al que te dije que tumbé en un hajime, ha-ha. JOSE”. Sin dudarlo corrió hacia la chica, era el momento. La chica de quince años le agradeció el detalle y Raúl, entrando en materia, propuso ir a tomar algo, pero ella se encontraba sin ganas y decidió rechazar.

“Te digo, que lo que le pasa a ésta, es que su novio se ha ido a Buenos Aires y está hecha polvo, así que no la he podido pillar en el mejor momento, Paco, sóla e indefensa…ahora sí que si…lo que no entiendo muy bien es lo del hajime, ¿Acaso sabe ella lo que significa…?”. Raúl estaba seguro de que todo le iba a salir bien. De hecho pocos días después se encontraron en el portal y tras una breve conversación, la chica de quince años accedió a tomar algo con él.

La primera cita fue fría e inusual, Raúl se sentía torpe porque la chica de quince años estaba bastante seria, no le sonreía ni se le ponía tontita, así que decidió contarle cómo consiguió conocerla, contándole las anécdotas de las mil llamadas que hizo a su casa, lo del espionaje desde la terraza de Paco, y lo del parque, lo cual llevó inevitablemente al intento de averiguación del misterio de aquella foto: “Me la envió un amigo muy especial que se marchó hace quince días a Buenos Aires para instalarse allí. No sé cuándo le voy a volver a ver y por eso estoy un poco triste”. Con respecto a lo del hajime, la chica de quince años se rió, como si conociera perfectamente el significado de la palabra, pero no contestó.

Raúl vio que la chica no le estaba respondiendo como esperaba. Quedaron más veces pero su presa seguía igual; distante y despreocupada de lo que el chico de moda intentaba con ella. No era tonta y se daba cuenta de que él quería algo y a ella le gustaba mucho, ¿cómo no?, pero le daba rabia que se lo tuviera tan creído, por eso fingía desinterés. Raúl se dio cuenta de que lo único de lo que podían hablar horas y horas eran las Artes Marciales, parecía que controlaba mucho pero nunca decía si practicaba alguna o no, él por supuesto aprovechó para fardar de sus nociones de Full.

Pero la paciencia de Raúl, acostumbrado a conseguir todo a la primera, se estaba agotando, y lejos de sentirse interesado por ella, empezaba a tomarse la consecución de la chavala como un reto personal, así que trazó un plan con su amigo Paco: “Mándame a tres matones fornidos y que hagan un amago de atracarnos en Tetuán, la llevaré allí esta noche, si no cae rendida a mis pies después de la magistral paliza que les voy a dar, es que no tiene sangre”.

Y así fue. Después de salir del bar, y de camino al coche, tres individuos gigantes salieron de la nada y asaltaron a la pareja, pero algo salió mal: a Raúl le invadió el pánico por las dimensiones de los tipos, que además portaban navajas con las que amenazaban casi de verdad y corrió a esconderse detrás de unos contenedores de basura. Desde allí apreció la escena: la misma chica que le acompañaba golpeó a esos tipos con sus kentos endurecidos a base de makiwara y con sus fugaces geris, y defendió con sus implacables shutos. Al primero se lo quitó de encima con un acertado kin-geri a los genitales y un yoko-geri-gedan la corva, esquivó la navaja del segundo y le devolvió una triple luxación de hombro codo y muñeca y al último lo cegó con un doble nihón a los globos oculares y lo remató con un enpi en la mitad de la columna. Ninguno de los tres fue capaz de levantarse del suelo porque todos tenían algo roto. Aullaban: “¿Pero no se supone que era él quién iba a darnos una pequeña paliza…?”. La chica de quince años se dio cuenta de todo.

Raúl, sin salir de su asombro (“Esta chica verdaderamente sabe lo que es un hajime”), se delató. Había puesto el ojo en una persona con experiencia en Karate-do en dos escuelas diferentes, dos años de Full-contact, nociones de giu-jitsu, defensa personal, boxeo tailandés, lucha grecorromana y conocimiento en el manejo de nunchaku, pero ese día me lo dejé en casa, no lo llevaba en la mochila.

Raúl salió de allí de puntillas, sintiéndose estúpido, y cada vez que se cruzaba conmigo por el barrio, miraba al suelo, nunca me volvió a hablar, aunque dadas las circunstancias, sería lógico que hubiera sido yo la que debería haber dejado de hablarle.

La foto de Axl Rose me la envió mi sensei, que obviamente fue una persona muy especial para mí en mi segunda etapa de aprendizaje. Nunca hablé con Raúl de mis verdaderos conocimientos sobre Artes Marciales porque creo que en esto hay que ser humilde, pero ahora ya lo he contado todo.

10 Comments:

Blogger Anntona said...

Estás como una PUTA REGADERA. Te amo.

8:37 AM  
Anonymous Anonymous said...

Vale!.

9:00 AM  
Anonymous Anonymous said...

Como un día tenga una edito, me vas a escribir un libro, tronca.

10:39 AM  
Anonymous Anonymous said...

Vale!.

1:50 AM  
Anonymous Anonymous said...

Como me imagino que, debido a vuestras disputas yokonescas, no tenéis tiempo para leer el ABC en profundidad, te transcribo a ti y al resto esta noticia que se publicó el sábado:

"UN OCTOGENARIO, ÚNICO CINTURÓN ROJO EN ESPAÑA

El madrileño José navarro, de 80 años de edad, es el único español en la historia del judo de nuestro país que ha recibido el cinturón rojo de la disciplina, lo que le acredita como noveno dan, grado que sólo poseen doce judocas en todo el mundo, donde sólo hay doce personas con esta distinción y son todas orientales."

No me resisto a señalar que lo he copiado tal cual.

9:00 AM  
Anonymous Anonymous said...

Brillante, cara!. Lo de copiarlo tal cual, lo dices por lo de judoca? es que con "c" suena fatal... Por cierto, felicidades por tu publicación!.

9:40 AM  
Blogger Anntona said...

Querida chinoirlandesa, a usted también la amo.
Dios da DAN a quien no tiene dientes.

3:28 PM  
Anonymous Anonymous said...

"Raúl era muy macho. Y su grupo favorito era La Guardia."

Qué gran historia.

4:37 PM  
Anonymous Anonymous said...

Aquí no se actualiza o qué?
R3, aun te espero en casa para tomar té y recibo ligera de ropa...

4:50 AM  
Anonymous Anonymous said...

pero sobre todo era muy macho, tipo feminista, jasuki.

vd. gata, espéreme igual de ligera de ropa que en la foto de su blog y veremos qué hacemos...

5:18 AM  

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